lunes, 16 de febrero de 2009

acotamiento etimológico

Anotriste es mi nombre de guerra y Capitán mi grado, y comenzaré precisando el origen de este nombre, que no obedece, como barrunta más de un cretino, a que padezca cierta desviación en el orificio por donde evacuo mis heces, sino que es el sencillo nombre con el que me acristianaron y al que ayunto un adjetivo para denotar la habitual condición de mi ánima.
Pese a que de criatura respondiese a Pichamía, por ser así como me decía mi viejo (y, más tarde, muchas mujeres con quienes anduve en trato), es este otro mi verdadero nombre, pues mientras holgaba en las entrañas de mi bata, a ella se le antojó que naciese hembra y calzarme su mismo nombre, Ana, mas el azar dispuso que resultase varón y fue menester trocar la última letra para no mancillar esa desproporcionada virilidad que me acompaña desde la cuna y que me obliga a gastar tres tallas más de taleguilla que de montera.

lunes, 9 de febrero de 2009

coproprolífico

He acuñado un neologismo en cierto académico inspirado y compuesto anteponiendo ‘copro’ [término que exclamaba un griego en sandalias cuando pisaba un excremento] a ‘prolífico’ [autor que engendra muchas obras], de lo que resulta un adjetivo de sonora tartamudez intrasilábica y muy acertado para referir a aquellos autorcillos de obra copiosa y menos que mediocre.

lunes, 2 de febrero de 2009

académico y sin par


Esa academia de la lengua, que, por vieja y de tanta felación cansada, nada limpia, poco fija y ningún esplendor reparte, admite hoy para miembro de número cualquier sexo, teniéndolos machos [4o], hembras [4] y desparejados [2], es decir, personajes sin par, sin ubres ni criadillas, de quienes se ignora, además del género originario, querencia en materia venérea…


… y de esa membresía y de esta neutralidad se jacta mi hagiógrafo

miércoles, 28 de enero de 2009

introito



En esta bitácora narraré ciertos pleitos y batallas que este menda sostuvo ha mucho contra toda suerte de retoños de lumiasca, sombríos iluminados e incapaces paniaguados, cuando, como muchos otros vástagos cuarterones de probada hidalguía y pignorado solar, decidió abandonar la ruina familiar para recorrer los seis continentes en busca de lances de verga, faca y jurdó, persiguiendo siempre la inmediata dicha y nunca la gloria postrera.

El único afán que aquí hallaréis será el de reparar mi honra, brutalmente menoscabada con esas infames y timoratas reseñas de mis andanzas aparecidas en folletines para imberbes y solteronas, plebeya prosa que aquí desautorizo, entre otras cosas, por dar cabida a una interminable sarta de sandeces y a otra de injurias.
Para este menester, he resuelto juntar unas cuantas cuartillas y hallar una esforzada imprenta que alumbre el primer volumen de mis memorias.