He acuñado un neologismo en cierto académico inspirado y compuesto anteponiendo ‘copro’ [término que exclamaba un griego en sandalias cuando pisaba un excremento] a ‘prolífico’ [autor que engendra muchas obras], de lo que resulta un adjetivo de sonora tartamudez intrasilábica y muy acertado para referir a aquellos autorcillos de obra copiosa y menos que mediocre.
lunes, 9 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario